Minimalismo y sencillez del estilo zen

Descubre la influencia de la filosofía zen en decoración. Elementos minimalistas, muebles de madera, colores claros y tejidos naturales crean una atmósfera de equilibrio y armonía.

16/05/2017 09:45

La decoración zen es una de las tendencias con más auge en decoración. Espacios abiertos, tonos claros, la calidez de la madera… En definitiva, elementos que nos trasladan a un ambiente relajado, de equilibrio y armonía y en conexión con la naturaleza.

Pero el zen sólo lleva en Occidente desde el siglo XX. La filosofía zen nació en el siglo VI a.C. y se propagó durante el siglo XIII por todo Japón. Actualmente, vemos su influencia no sólo en la manera en la que muchas personas viven su vida sino que también sus prácticas, como la meditación o el yoga, han llegado para quedarse.

Y este estilo de vida se ha trasladado, cómo no, a la decoración. Para crear un hogar zen, lo primero es buscar esa conexión con la naturaleza y lo que te rodea. Intenta armonizar los espacios a través del equilibrio del color, la luz y los elementos.

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El zen es un estilo minimalista, basado en la simplicidad. Crea espacios que den sensación de armonía y equilibrio, que permitan una libre movilidad. Lo ideal es decorar con materiales como madera o cristal. En los muebles (mejor si son bajos) triunfa la madera natural y puedes elegirlos de estilo japonés o moderno, de líneas simples y limpias. Cuanta menos ornamentación, más te acercarás al concepto zen. Y si colocas el mobiliario utilizando la simetría, reforzarás la visión de equilibrio.

Los tonos, claros. Utiliza colores tierra y combínalos con el blanco. Usa tonalidades suaves como gris, blanco y beige con tonos amarillentos o rosados. Elige un dominante principal y añade el resto en telas, afombras y complementos. No tengas miedo a utilizar el color, lo importante es cómo lo combinas.

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Los tejidos, mejor naturales, por su sensación al tacto. Añade también alguna alfombra ligera y aportarás más naturalidad al espacio.

Para conseguir el ambiente zen perfecto utiliza luces indirectas, como focos empotrables u ojos de buey, cubriendo las bombillas con pantallas de papel de arroz. Con incienso y unas velas con aromas suaves lograrás el ambiente zen que buscas.

En cuanto a los complementos decorativos, menos es más. Elige alguna planta de bambú o bonsái y añade algún elemento que utilice agua fluyendo: su sonido será perfecto para conseguir un ambiente de relajación.

Un espacio zen es un refugio para escapar de la ajetreada vida, un espacio en el que la armonía, el equilibrio, la sencillez y la renuncia a los artificios priman sobre todo lo demás. Por eso es importante también llevarse consigo también alguna de sus enseñanzas: vive aquí y ahora, sé fiel a tus sentimientos, sé honesto contigo mismo y con los demás, ten en cuenta tus deseos y, sobre todo, no te opongas a la corriente de la vida, fluye con ella.